En los últimos 15 años, el impulso de la tecnología trajo aparejado una nueva problemática: la violencia digital.
07.08.2024 23:38 | No es ninguna novedad el lugar central que la tecnología ha tomado en nuestras vidas.
Pero si bien ese proceso lo podemos ver desde hace varias décadas, en los últimos 10 o 15 años asistimos a una profundización: los teléfonos “inteligentes” junto con la proliferación de redes sociales generaron un estado de conexión permanente, en el que emergen nuevas maneras de relacionarnos. Desde Grow- género y trabajo entendemos que este proceso impacta también en el mundo del trabajo, entre otras cosas, habilitando nuevas formas de violencia.
La digitalización en el mundo del trabajo
Si ya había transformaciones en marcha, a partir del 2020, con la pandemia de Covid-19, no hubo dudas. La gran mayoría de los empleos empezaron a ser realizados desde el hogar, y la vuelta a la vieja normalidad nunca fue tal en el mundo del trabajo: modalidad remota o híbrida, espacios de coworking, es lo que hoy predomina.
Es en este contexto en el que hay que contemplar las nuevas formas que puede cobrar la violencia. Los dispositivos tecnológicos, las formas de vincularnos, las dinámicas propias de la lógica virtual pueden dar lugar a formas de violencia digital que hay que atender en su especificidad.
¿Qué es la violencia digital?
La violencia digital es aquella que se ejerce a través de las TICs (tecnologías de la información y la comunicación): mensajes de whatsapp, mails, redes sociales, entre diversas aplicaciones
¿Y en qué se diferencia de otras modalidades de violencia?
Algunas características particulares de esas herramientas pueden potenciar sus efectos: la posibilidad de reproducir mensajes de forma inmediata, a muchas personas y sin límite geográfico; la permanencia en el tiempo (cualquier persona que recibe un mensaje, un archivo, una foto la puede descargar); o incluso las posibilidades que brinda el anonimato en ciertos casos.
Esto hace que la violencia digital tenga impactos con características particulares, y por lo tanto deba ser abordado contemplando esas características.
Según Azul Picón, coordinadora del área de prevención y abordaje de violencias de Grow- género y trabajo, “En los talleres de formación, sensibilización y acompañamientos que realizamos, es habitual que las personas presentes cuenten situaciones que incluyen este tipo de violencia. Esto nos llevó a seguir formándonos en la temática y a pensar servicios de formación y acompañamiento exclusivos de violencia digital”.
Algunos datos
Nuestro trabajo en las organizaciones nos indica que los casos de violencia digital son cada vez más comunes, y afectan de forma particular a las personas de la comunidad LGBTIQ+. Según un estudio realizado en 2020 junto a Bumeran, ELA y Nodos, 1 de cada 10 gays, lesbianas o bisexuales, y el 14% de las personas trans o no binarias habían sufrido maltrato a través de las TICs.
Es por esto que desde Grow-género y trabajo acompañamos a las organizaciones en estas temáticas, a partir de diagnósticos, talleres de formación y en el abordaje de situaciones concretas.
Conocer cómo se viven los distintos tipos de violencia es fundamental para trabajar efectivamente en su prevención.