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Escasa graduación universitaria

Hay preocupantes evidencias en el rendimiento de los estudiantes argentinos.
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Alieto Aldo Guadagni para Clarín | 

Foto: Clarín

Escasa graduación universitaria
10.10.2017 13:44 |  Durante el mes de noviembre se realizarán en Brasil y Chile las evaluaciones del nivel de conocimientos adquiridos por los estudiantes en la escuela secundaria, estos exámenes nacionales determinan el ingreso a las universidades estatales y privadas, que tienen distintos niveles de exigencias. Estas pruebas también definen el acceso a becas de estudio.
 
En Brasil este examen se denomina ENEM y es realizado por el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas y el Ministerio de Educación. La evaluación de este año abarcara más de 7,6 .millones de estudiantes y tendrá lugar los domingos 5 y 12 de noviembre. Los resultados serán publicados en enero de 2018. El examen consistirá de 4 pruebas en donde se evaluarán conocimientos en Ciencias Humanas, Ciencias Naturales, Lengua y Matemáticas, además de una prueba de redacción.
 
El ingreso de los estudiantes a los establecimientos escolares será desde las 12:00 horas hasta a las 13:00, dándose inicio a los exámenes a las 13:30 horas. Los estudiantes contarán con 5 horas y 30 minutos para responder la totalidad de las preguntas de la primera parte del examen, y 4 horas y 30 minutos para completar la segunda parte.
 
En Chile esta evaluación se conoce como PSU y es realizada por el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional. Los exámenes se llevarán a cabo los días 27 y 28 de noviembre, evaluando los conocimientos de Matemáticas, Lenguaje, Comunicación, Ciencias Sociales, Historia, Geografía y Ciencias. Las inscripciones se realizaron durante el corriente año y hasta el momento se encuentran inscriptos más de 200.000 aspirantes.
 
Los resultados se publicarán en diciembre, permitiendo luego a los estudiantes postularse para ingresar a las universidades estatales o privadas que tienen distintos niveles de exigencias en cuanto a los resultados de esta PSU.
 
Este tipo de evaluaciones no sólo se realizan en estos dos países mencionados, sino que también se realizan en los países industrializados y países latinoamericanos como Colombia, México, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela y Cuba. Un caso notable es Ecuador, ya que cuando Correa modifico la Constitución, en su artículo 355 incluyo la obligatoriedad de esta evaluación, denominada Examen Nacional de Educación Secundaria.
 
Argentina es un caso único, ya que no existe ningún examen con estas características debido a que se los considera “restrictivos” y se los prohíbe en la ley 27.204. Sin embargo al comparar las cifras de un sistema “abierto y sin restricciones” como el nuestro y otros “restrictivos” como los de los países mencionados, se observan preocupantes indicadores que evidencian que estos exámenes no son restrictivos ya que mejoran significativamente los niveles de graduación.
 
Mientras en Argentina se graduaban 29 estudiantes por cada 10.000 habitantes en el 2015, en Brasil esta cifra alcanzaba los 56, en Chile 50, en México 48 y en Colombia 62, es decir que en proporción a la población la graduación de Brasil fue un 93% superior a la de Argentina, la de Chile un 72%, la de México un 66% y la de Colombia un 114%. Es decir los “restrictivos” somos nosotros.
 
Algo similar ocurre con la eficacia en la graduación de los estudiantes ingresantes, ya que por cada 100 ingresantes a nuestras universidades estatales y privadas en el 2010, hubo apenas 30 graduados en el 2015, mientras que en Brasil fueron 53 y en Chile 57.
 
Estas cifras ponen de manifiesto que los exámenes mencionados no son restrictivos sino todo lo contrario, ya que incentivan a los estudiantes secundarios al estudio y al desarrollo normal de su carrera, mientras que la ausencia de los mismos impulsa a que los estudiantes secundarios no se esfuercen en la incorporación de conocimientos. Por esta razón al llegar a la Universidad se evidencia una brecha entre el escaso nivel de conocimientos que poseen y el nivel exigido en las Universidades, provocando así un alto nivel de deserción en los primeros años.
 
En realidad no estamos protegiendo para nada el futuro de nuestros 330 mil egresados secundarios anuales, ya que les negamos la posibilidad de tener una buena carrera universitaria. Si no mejoramos el proceso de admisión a nuestras universidades seguiremos como hasta ahora perdiendo terreno, no solo con respecto a los países desarrollados sino también en América Latina. Sin una Universidad inclusiva y de calidad no hay desarrollo en el siglo XXI.
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